"Jardín de vientos".
Montaje - Fondo creativo 2022
Ubicación: Campus ITESM - Monterrey
Año: 2022
Cliente: Instituto Tecnológico de Monterrey - Laboratorio de arte AC - Concurso "Fondo Creativo 2022".
Programa: Pabellón - Instalación artística.
Proyecto: Jose de Villar, Federico Colella, Carlos Chacón, David Navarro, Erandi Jimenez.
Team: Mariana Hernández, José Antonio Corona, David Martinez, Jordi Carmona, Jose Antonio Fuentes
Paisaje: Adrian Casas.
Fotografía y visualización: Apertura Arquitectónica - José Miguel González
Premios: Proyecto ganador de la convocatoria 2022 del Fondo Creativo / Laboratorio Arte A.C. del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Descripción
JARDÍN DE VIENTOS:
“Algo, pero no comprendo qué. Un andar de gentes por las calles chatas como si subieran o bajaran, un moverse de labios y de narices como branquias de peces, después casas y puertas que huían y las esquinas más agudas de las calles. Era el viento: después lo comprendí. Turín es una ciudad sin viento. Las calles son canales de aire quieto que se pierden en el infinito como un ulular de sirena: aire quieto, vítreo de hielo o
suave de bochorno, movido sólo por los tranvías al tomar las curvas. Durante meses me olvido de que el viento existe; de él sólo me queda una necesidad indefinida.” (1).
El aire y el viento son la base de la vida; su presencia transparente y ligera nos hace olvidar su importancia, pero nos permite no solo respirar, sino también hablar, comunicarnos y escuchar
(¡la música cómo no!). El viento fluye constantemente en el espacio acercándonos el aliento de la naturaleza. Este misterio es creado por una fuerza invisible basada en la presión, la gravedad y la luz del sol, por lo que a todos nos parece tan mágico. A los niños les encanta jugar con cometas y molinos de viento; aquí el viento simboliza su vitalidad.
Nuestro jardín de viento funcionará como una asociación de molinillos de viento, de pequeñas “flores aero-generadoras”, que transformará la energía cinética del viento en energía
mecánica a través de una hélice que, mediante un sistema de transmisión mecánico, hará girar
un generador, que convertirá la energía mecánica rotacional en energía eléctrica. La energía eólica es clave en nuestros días como energía alternativa a los combustibles fósiles, pero necesitamos devolverle la escala humana y no solo asociarla exclusivamente a los grandes
gigantes de viento, de ahí este proyecto donde el arte a través de bellos jardines de viento nos
permite visualizar este hecho físico, a la vez científico y tecnológico.
Interpretaremos y reelaboraremos a partir de la recolección y el análisis de “molinillos de viento” o reguiletes de diferentes tamaños y formas (fabricados en metal, plástico u otros materiales del mercado). Usaremos cables de acero para unirlos y agregaremos algunos cristales y espejos, hasta que atrapen las corrientes de aire invisibles y giren de acuerdo con la velocidad del viento, mostrando las condiciones del viento minuto a minuto. El viento nos dará la energía para encender unas luminarias leed que flotarán en nuestro jardín como luciérnagas, devolviendo el movimiento de los molinillos a través de sombras dinámicas estampadas en el entorno inmediato.
Debido a la naturaleza de cada molino de viento, con la misma fuerza del viento, un molino de viento más pequeño girará más rápido que uno más grande, y uno más pesado girará más lento que uno más liviano, lo que no solo revela la fuerza del viento, sino que también descubre las propiedades de cada flor material que añadamos a nuestro jardín. Esta sinfonía de reguiletes es diferente cada día, según se modifiquen las condiciones atmosféricas, y cada
día los visitantes pueden reencontrarse con ella y disfrutarla a medida que cambia y evoluciona.
“Pero basta que un día desde el fondo de una avenida una ráfaga se levante y venga a mi encuentro para que recuerde mi pueblo sembrado de viento a la orilla del mar, con casas una arriba otra abajo, y en medio el viento que sube y baja, y calles de guijarros, en gradas, y desgarrones de cielo azul y ventoso sobre los callejones” (2).
“Cantan las hojas, / bailan las peras en el peral; / gira la rosa, / rosa del viento, no del rosal. / Nubes y nubes / flotan dormidas, algas del aire; / todo el espacio / gira con ellas, fuerza de nadie. / Todo es espacio; / vibra la vara de la amapola / y una desnuda / vuela en el viento lomo de ola. / Nada soy yo, / cuerpo que flota, luz, oleaje; / todo es del viento / y el viento es aire siempre de viaje” (3).
(1), (2). La gran Bonanza de las Antillas. Italo Calvino.
(3) Octavio Paz, 1944